Desgarre

 Te instalaste en la recamara de mi corazón sin previo aviso,

Yo cautivo de ti no te dejé salir,

Formamos uno a uno cada fonema para llamarlo hogar,

Me volví esencia y fragilidad, me muestro vulnerable ante ti, pensando que eso sería lo ideal. 

Sabías los desgarres que habían ocurrido en mi vida, 

Las cicatrices que quedaban cómo evidencia de un mal trato. 

Con detalles en mi piel que a veces yo mismo causaba te comenzó a dar miedo, que un día ya no despertara. 

Qué la tristeza suplantará tú existencia y que me lanzara a los brazos de la muerte. 

Siempre te dije que en mi vivías y por ti vivía, eras llama de vida en mí. 

Ese día ya no volviste, te llevaste tu presencia lejos, e irónicamente decías que eso era lo mejor. 

Hiciste desgarros en mi alma que ni mil cortes podrán igualar. 

Ahora paseo en esta tierra ajena a mí, cómo una pequeña marioneta que está obligada a vivir.

Poema de J. H.